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Ese día lo estaba esperando. Volteó por todas partes. Sus ojos rondaban por varios lugares, el viento sopló y sintió la brisa en su rostro; era como una caricia. Se sintió refrescante. Deseó escuchar su voz y el viento sopló dulcemente en su oído. Anhelaba tanto verlo y deseaba con todo su corazón percibir su fragancia, y las flores de un cerezo empezaron a revolotear a su alrededor. Él ya había llegado, estaba ahí con ella, estaba a su lado.
¡Acababa de iniciar su cita con Dios!
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“¡Enamórame!” recuerdo que lo dije con determinación… estaba en mi jardín y miré al cielo “Quiero que hoy me regales una rosa blanca” alguna vez había escuchado que cuando alguien le regala una rosa blanca a otra persona quiere decir que le está prometiendo fidelidad.

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Cuán importante es el primer amor, marca cosas en ti, puede enseñarte mucho, pero también puede crearte muchos temores. Es por eso que tu primer amor no debería ser cualquiera, sino alguien que sepa cuidar tu corazón como un especial tesoro.
Alguien capaz de llenar el vacío en tu corazón

Ese vacío está dentro de tu corazón, ¿tan pequeño como para estar ahí y causa tantos estragos cuando no es llenado? … Así es, pero eso solo sucede si no lo llenamos con la medida adecuada. Ese vacío tiene tamaño DIOS y nada más lo puede llenar.
“Me viste antes de que naciera.
Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.
Cada momento fue diseñado
antes de que un solo día pasara.
Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí oh Dios.
¡No se pueden enumerar!”
Salmos 139:16-17
Él nos vio antes que nosotros supiéramos de su existencia. Y desde ese día empezó a planificar cada día que pasaría contigo, los ideó con sumo cuidado, tú eres su más grande amor, así que no quisiera que esos días fueran tristes ni aburridos. Había la posibilidad de que no aceptáramos sus planes, pero aun así continuó con el diseño de toda una vida de citas contigo.
Se pone bello, usa su mejor fragancia “Hoy tengo una cita” piensa así que se mira frente a su espejo celestial y se acomoda la corbata, sonríe con confianza “¡Qué ganador!” Saca su celular y marca el número directo de tu corazón…
Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo».
Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor».
Salmos 27:8
¡Esa es la respuesta que tanto estaba esperando!
Hoy Dios quiere una cita contigo, no lo hagas esperar, es una cita en la eternidad.
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