miércoles, 11 de septiembre de 2013

Del Barro al Oro

... ¿Tu crees que algún día llegue a tener éxito?....
... ¡Claro! .. Solo que es difícil ser paciente...

Es difícil pasar el proceso de formación. Cuesta y muchas veces duele.  Pero he aprendido algo muy valioso. No todo lo que brilla es oro, pero si sigues puliendo, encontrarás que la vajilla vieja, esa que todos despreciaban, realmente era de oro y piedras preciosas, solo que necesitaba ser pulida para que todos puedan ver su esplendor.

En la vida tendremos pruebas (o como dijo Jesús, aflicciones), pero lo cierto es que estas pruebas no son para siempre, sino que tienen un propósito y como tal, un inicio y un fin. Estas pruebas van perfeccionando nuestro ser, van moldeándonos, a veces como barro y otras como oro... Pensarás ¿Total, barro u oro?

¡Bueno, todo dependerá de qué tan dispuesto esté tu corazón!  

Creo sí, que todos somos Barro en manos del Alfarero.

"Y a pesar de todo, oh Señor, eres nuestro Padre; nosotros somos el barro y tú, el alfarero.  Todos somos formados por tu mano." Isaías 64:8






Tal como el barro, pasamos por un proceso algo tosco para tomar la forma deseada por el Alfarero. Las manos de un alfarero no son nada delicadas, al contrario, tienen que ser grandes y fuertes.  Este alfarero además tiene precisión para dar la forma adecuada al barro.  Son manos experimentadas, así que sabe dónde moldear, de dónde sacar y dónde poner más barro.  

Como seres humanos, nos duele porque sentimos que la mano del Alfarero nos está presionando demasiado, a veces nos sentimos contentos, porque hay "más barro" sobre nosotros, sentimos que no nos falta nada, otras veces sentimos que es "demasiado barro" sobre nuestros hombros; quizá sientas que te "falta barro" para completar lo que deseas.  Pero ¡calma! tú no eres el Alfarero, este rol le pertenece a Dios, así que déjaselo a Él, de tal forma que empiece a dar forma para finalmente cocer el barro y ver la vajilla final.

Creo que a veces tendemos a tener este pensamiento: 

"¡Qué manera de falsear las cosas!
¿Acaso el alfarero es igual al barro? 
¿Acaso le dirá el objeto al que lo modeló: Él no me hizo? 
¿Puede la vasija decir del alfarero: Él no entiende nada?"
Isaías 29:16


Si eres Tú, oh Barro, el que empieza a querer darse forma, lo que conseguirás es DEFORMARTE y, luego, el Alfarero tendrá que deshacer todo lo avanzado para volver a darle la forma correcta. ¡Y eso sí que duele! Pero es para nuestro beneficio.

¿Y qué con el Oro? ¿¡Es Barro o es Oro!? 



Eso lo aprendí de una forma diferente...

Un sábado llegué a casa, me sentía derrotada y le abrí mi corazón a mi esposo.  Le conté TODO lo que tenía adentro y le dije "Ya no puedo más".  Entonces, él empezó a hablar, mi esposo es un hombre melancólico-flemático, y yo colérica-sanguínea (imagínense, tremenda unión la nuestra!), así que hablaba y hablaba pausadamente de muchas cosas, a las cuales yo escuchaba distraidamente hasta que dijo: "Vamos a orar".  Me arrodillé y él empezó a orar.  

Habían tantas cosas en mi corazón, que en plena oración estallé (como buena colérica) "¡Es suficiente!" dije, empecé a llorar y entre sollozos empecé a orar y a reclamarle a Dios por lo que sucedía.  Básicamente le decía "¡¡No aguanto más, ya no soporto todo esto, me duele mi corazón!!" 
Cuando acabé de orar no me sentí del todo aliviada, pero al menos había sacado algo de mi corazón. Así que miré a mi esposo, imaginaba que podría haber estado fastidiado, acababa de cortar su oración, lo conozco y no le gusta que yo interfiera cuando él habla, pensé: mucho menos cuando habla con Dios. Miré medio dudosa y no olvidaré su mirada ¡DULZURA!, en ese momento sentí como el Espíritu Santo nos acompañaba y él me dijo susurrando: 

"Esto sucede porque ya no eres barro, ahora tu proceso es de oro, porque ahora Dios no te quiere para cosas cotidianas, sino para ocasiones especiales" 

¡Yo me quedé en Shock! 

¿Tanto por ORO?  



Y entendí algo, ¿Qué haces para encontrar oro? Romper el barro, romper la tierra, escarbar hasta llegar a lo más profundo de la tierra y encontrar el mineral.  Este mineral no está puro, tiene mucha "escoria" y eso debe ser retirado mediante un proceso MÁS DOLOROSO QUE EL BARRO.  Si antes el Barro solo soportaba las manos del Alfarero, ahora tenía que soportar EL FUEGO DEL REFINADOR, de esta manera, se obtendría lo más puro del oro y luego, para ser un utensilio, tendrá que soportar EL TALLADO DEL ORFEBRE.  Así, el Oro, si bien es un utensilio empelado para ocasiones especiales, su proceso de refinación y acabado es más difícil y trabajoso que el del barro.  



Creo firmemente algo: Que Dios no haría que atravieses por este proceso si es que tú no estuvieras dispuesto a convertirte en ese utensilio especial y si es que tu corazón no fuera lo suficientemente fuerte como para resistirlo.

Luego de escuchar las palabras de mi esposo, mi corazón tuvo descanso.  Eso no quiere decir que no existan más momentos difíciles, pero luego de llanto, viene una sonrisa, recordando siempre "Este es el proceso del ORO", lo cual me da nuevas fuerzas para continuar, pensando en mi recompensa, que es el ser transformada y renovada en un utensilio precioso para mi Dios. 

"En una casa de ricos, algunos utensilios son de oro y plata, y otros son de madera y barro.  Los utensilios costosos se usan en ocasiones especiales, mientras que los baratos son para el uso diario" 
2 Timoteo 2:20


De todas maneras, Barro u Oro, sintámonos gozosos de poder ser instrumentos de la misericordia y gracia de nuestro Dios en esta vida, para que su Luz llegue a muchos otros que no lo conocen.  Barro u Oro, el proceso no es fácil, como lo dije antes: Iniciar es difícil, el proceso es costoso, pero la recompensa es GRATIFICANTE.


¡Que Dios te bendiga, nos leemos en otra entrada!

2 comentarios:

  1. Waoo tremendo mensaje el que acabas de escribir, gracias por edificar!! Cuán importante es dejarse formar por Dios!!

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