Cuando lo Efímero se vuelve Eterno

Hace 2 años que este Blog estaba cerrado, pero ya era hora de volverlo a abrir. 

Así que volveré a empezar con una pequeña entrada de lo que significa el nombre de este blog........Es algo que siempre me encanta decir, no solo porque son palabras preciadas para mí, sino porque es una gran verdad, porque es algo tan real en mi vida, que la quiero compartir contigo. 

Todo empieza en mi tiempo devocional ¿Devocional? Sí, en el momento en el que compartes de tu tiempo con Dios... ¿al orar? Síp, porque entendí que no solo tú te deleitas en la presencia de Dios, Él también se deleita a tu lado, es por eso que siempre pide estar contigo!! ¿O No te das cuenta que cada vez más hay algo en tu interior que te hace huir de todo bullicio y busca un lugar privado para tener una cita especial? Alguien que te llama y te dice quiero conversar contigo en este momento... ¡AH! ¿No me crees? 

Cuando compartes un tiempo con Dios, no solo es un tiempo de leer la biblia, tampoco es un tiempo de solo hablar, hablar y hablar para sacar todo lo que tienes adentro, menos es un tiempo de solo llorar y "descargar" todo el líquido de tu interior.  Si verdaderamente lo anhelas con todo tu corazón, entonces tu tiempo a su lado es una delicia en la eternidad, donde hablarás y escucharás una respuesta, donde llorarás y obtendrás consuelo, donde leerás y descubrirás grandes tesoros, donde el tiempo no existe y el amor reina.  

Cuan cierto y real es lo que dijo el rey David:

"Un solo día en tus atrios,

¡es mejor que mil en cualquier otro lugar!

Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios

que vivir la buena vida en la casa de los perversos." 

Salmos 84:10

Él entendió lo que significaba tener una larga e interesante conversación con Dios. Él entendió cuán maravilloso es cuando lo efímero del tiempo en esta tierra se vuelve eterno en la presencia del Señor; cuando lo efímero del amor de esta tierra se vuelve eterno en el perfecto amor de Dios. 

Así que atrévete tú también a transformar lo Efímero en Eterno! 

Nos leemos pronto en otra entrada!

Besos, 

CaVi